miércoles, 8 de marzo de 2023

Una Gran Mujer: Moina Mathers



En la Orden Hermética de la Aurora Dorada consideramos que la expresión "al lado de todo gran hombre hay una gran mujer", en realidad debería ser "cuando hay una gran mujer, siempre habrá una gran pareja, una gran hija, un gran hijo, una gran hermana, un gran hermano, o un gran amigo", y Moina Mathers (28 de febrero de 1865 – 25 de julio de 1928) no es la excepción, pues estaba destinada a convertirse en una de las más grandes ocultistas del siglo XIX.

Moina Mathers nació como Mina Bergson, hija de padres judíos y hermana del destacado filósofo Henri Bergson.

Durante su vida fue considerada una belleza poco convencional. Tenía el cabello castaño oscuro rizado y rebelde, bonitos ojos azules y una tez suavemente oscura. Fue reconocida por su dulzura y encanto por aquellos que estaban más cerca de ella y, sin duda, era muy inteligente. Hablaba con profundo conocimiento y convicción, y hablaba con fluidez francés, alemán e inglés.


En la escuela Slade High School of Art recibió una beca y cuatro certificados por sus logros sobresalientes. Fue una de las primeras defensoras del arte abstracto e impresionista. Quizás su pintura más conocida sea la de su místico esposo en su papel de ‘Mago’.

El acontecimiento más sobresaliente de su vida se produjo en 1887, en el Museo Británico, cuando conoció a S.L. MacGregor Mathers, junto con quién estaba destinada a convertirse en el arquetipo por excelencia de la Suma Sacerdotisa como él era el del Mago. 

Cuando se inauguró el templo número 3 de Isis-Urania en 1888, Moina se convirtió en la primera iniciada de la Orden Hermética de la Aurora Dorada plenamente manifiesta, adoptando el lema latino de ‘Vestigia Nulla Retrorsum’ o “Nunca vuelvo sobre mis pasos”.

Con su talento artístico y su profundo conocimiento del simbolismo egipcio antiguo, Moina desarrolló las verdaderas insignias y el mobiliario del templo recién establecido. Más tarde también contribuyó a las insignias y el mobiliario del templo de Ahathoor en París, así como para la Escuela Rosacruz de Alpha Ωmega. Fue Moina quién creó los diseños originales para el Tarot de la Aurora Dorada y produjo muchos de los diagramas de grados originales para los rituales de la Orden.

La pareja se casó en 1890, momento en el que Mina cambió su nombre por uno más celta, Moina.

Aunque Moina Mathers nunca tuvo hijos físicos, el poderoso arco de polaridad sexual entre ella y su esposo dio a luz no solo a la Aurora Dorada, a la R.R. et A.C. y a Alpha Ωmega, sino que también dio un impulso espiritual que eventualmente impactó en casi todos los aspectos del ocultismo moderno.

En 1891, Moina visitó París con su esposo, donde el 30 de julio fue iniciado por representantes de la misma orden europea continental de alquimistas herméticos que habían iniciado a Kenneth MacKenzie y a quienes en adelante Mathers se refirió como los “Jefes Secretos”. De estos “Jefes Secretos”, Mathers recibió los mismos linajes Herméticos y Rosacruces transmitidos anteriormente a MacKenzie por el Conde Apponyi, así como un corpus esotérico y rituales de iniciación con los que crear la “Segunda Orden” Rosacruz de la Aurora Dorada, que se llamó la Ordo Rosae Rubeae et Aurae Crucis (R.R. et A.C.).

Inmediatamente después de haber fundado la R.R. et A.C., Moina Mathers y su esposo se mudaron a París para permanecer en contacto con estos “Jefes Secretos”, donde en 1894 fundaron el Templo Ahathoor No. 7.

En marzo de 1899, S.L. y Moina interpretaron los “Ritos de Isis” en el escenario del Teatro de París. En una entrevista sobre los Ritos de Isis (publicada alrededor de 1900), Moina escribió: “¿Cómo podemos esperar que el mundo se vuelva más puro y menos material cuando se excluye de lo Divino, que es el ideal más elevado, parte de su naturaleza que representa al mismo tiempo la facultad de recibir y dar, es decir, el amor en sí mismo y su forma más elevada: ¿el amor, símbolo de la simpatía universal? Ahí es donde se encuentra el poder mágico de la mujer.”

Después de la muerte de su esposo en 1918, Moina se mudó de regreso a Londres, desde donde presidió a Alpha Ωmega hasta el momento de su muerte en 1928 (actualmente es presidida por David Griffin y Leslie MacQuade).

En este día, las y los rosacruces que integramos la Aurora Dorada nos permitimos felicitar a todas las mujeres que viven en este y todos los planos de existencia, pues es gracias a ellas que la humanidad encuentra la fuerza, el amor y la dedicación para subsistir y prosperar en este Universo, tanto en el ámbito de lo material, como de lo espiritual.

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