martes, 21 de marzo de 2023
☆FELIZ EQUINOCCIO 2023☆
Hoy se llevará a cabo el equinoccio de marzo que marca el ingreso a la primavera en el hemisferio norte y al otoño en el hemisferio sur. La hora marca también el ingreso del Sol a Aries en el movimiento zodiacal aparente.
Astronómicamente, en casi todo el planeta, salvo en los polos, el día dura exactamente igual que la noche, lo cual es el significado de la palabra "equinoccio" aequs-nox: "noche igual".
Es por ello que se habla del equilibrio de la luz y la oscuridad, en la eterna danza de estas dos fuerzas que, más que opuestos, son complementos.
El día del equinoccio la salida del Sol se alinea exactamente con el este y su puesta se alinea exactamente con el oeste. El equinoccio es el gran marcapasos de la naturaleza, la luz que revela los ritmos de la naturaleza.
Este Equinoccio llega con la entrada del Sol al cardinal signo de Aries. No es casual que los signos cardinales nos hablen de comienzos y que cada uno de ellos marque el principio de una nueva estación.
En el Hemisferio Norte celebran el Equinoccio de Primavera y en el Sur celebran el Equinoccio de Otoño, aunque en las dos latitudes sucede exactamente lo mismo: días y noches se igualan en una muestra de equilibrio.
Los equinoccios (junto a los solsticios) son los grandes hitos en el movimiento del Sol en relación a la Tierra. Ya que la mayoría de las antiguas religiones fueron en algún momento cultos solares, alrededor de estas fechas naturalmente se congregan una gran cantidad de fiestas religiosas, ricas en una enorme cantidad de símbolos.
La religión en sus orígenes fue mayormente una "astro-teología" y la filosofía antigua fue mayormente una filosofía natural, es decir, a partir de la observación de los ciclos naturales y de las relaciones entre la Tierra y el Cielo se construyeron una serie de principios éticos y soteriológicos.
El hombre creyó comprender que el mundo en el que vivía era un microcosmos del mundo superior, y así él mismo era una imagen que reflejaba al Sol y su vida un emblema de las vicisitudes que enfrenta esta estrella en su movimiento anual. La luz del Sol verdaderamente era la vida del ser humano y de la naturaleza.
De aquí que los equinoccios y los solsticios sean puntos de encaje en los que se engarzan las historias de los diferentes dioses: Cristo, Mitra, Horus, Cronos, Dionisio, Huitzilopochtli, y muchos otros, tienen en su mitología claras coordenadas de correspondencia con estas fechas. Y es que en realidad se trata de "la única historia": la luz que al inscribirse en el espacio hace el tiempo.
El Sol es vida, y esta vida es la propiedad común en todas las cosas, el poder del cual dependemos. Desde el más pequeño átomo hasta la más grande estrella, la luz es un símbolo de la presencia de la vida.
Esta vida es una promesa, algo que debemos de comprender, esta luz no es algo que se encendió súbitamente de la nada, en un antiguo eón, esta luz es eterna. Hay vida y luz en nosotros, y esta luz en nosotros ha hecho su templo en la carne.
En los Salmos se dice que "Dios puso su tabernáculo en el Sol, pero el mismo Sol, que es la chispa divina en nosotros, ha hecho su tabernáculo en el hombre, que es una imagen del Padre".
La luz, ademas de vida, también es el símbolo de la sabiduría, de la verdad que libera de la ignorancia y la ilusión de que perecemos con el cuerpo, tal cual hace el Sol que renacerá en el solsticio.
En el conocimiento de la luz está la certidumbre de la inmortalidad, la paz y la alegría.
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